¿Cuál es la longitud perfecta para un post? No cabe duda de que la extensión importa, pero, ¿hay alguna forma de calcular cuál es la ideal, pistas para saber cuánto debemos alargar nuestro artículo? Veámoslo.
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A vueltas con la longitud de los posts
Si nos dedicamos a la producción de contenidos, es lógico preguntarnos cuál es la extensión ideal de un post para un blog. Cuando preparamos un nuevo artículo para nuestra web o blog, naturalmente aspiramos que se posicione en Google, se comparta en las redes sociales… a que tenga éxito, en definitiva. Y la longitud del post es uno de los factores que deberemos tener en cuenta para lograrlo.
Si buscamos información sobre esta cuestión, encontraremos todo tipo de respuestas, en ocasiones contradictorias. Así que puede que nos quedemos exactamente igual que al principio.
Y entonces, ¿qué hacemos? ¿Preparamos un megapost de 3.000 palabras, la guía definitiva que dejará maravillados a todos nuestros lectores? ¿O mejor un contenido más reducido y específico? Lo cierto es que ambas respuestas pueden ser correctas.
Ventajas de los artículos más extensos para el SEO
Es verdad que los contenidos extensos, de entre 1.000 y tal vez 2.000 o 3.000 palabras, en muchas ocasiones ganan en el terreno del SEO y se posicionan mejor en Google. La razón es sencilla: cuantas más palabras hay, más sencillo es para los buscadores entender de qué trata el texto.
Además, en un post de semejante extensión probablemente trataremos el tema que sea en profundidad. Así que no solo utilizaremos la keyword principal, sino muchas otras palabras clave más, relacionadas con la primera y, generalmente, long tail, es decir, más específicas.
Introducirse en el tema con mucho detalle también significa, idealmente, que el artículo de blog será completo y detallado. Será un contenido que aportará auténtico valor a los usuarios, y estos responderán comentándolo y compartiéndolo en sus redes sociales. De hecho, los artículos que más éxito alcanzan en las redes suelen tener en torno a 2.000 palabras.
En cualquier caso, pocas personas están dispuestas a leerse varios miles de palabras de golpe. Volvemos a la frase de siempre: ya no leemos, escaneamos. Saltamos de frase destacada en frase destacada, especialmente en dispositivos móviles.
Por lo tanto, si vamos a preparar un artículo para blog que prevemos especialmente extenso, deberemos tener cuidado de dividirlo en apartados claros, incluir imágenes, vídeos, GIFs… todo lo necesario para que resulte sencillo leerlo y no agobiar al usuario.
La clave para calcular la longitud ideal de un post
A pesar de las indudables ventajas que ofrecen los contenidos de mayor longitud en una web, no debemos sacar automáticamente la conclusión de que todos nuestros artículos deben llegar siempre a las 2.000 palabras o más.
Normalmente, se suelen marcar las 300 palabras como el mínimo aceptable, sobre todo por el riesgo de que Google considere spam o contenido de muy baja calidad cualquier post por debajo de esa marca. O, simplemente, que el robot del buscador no consiga comprender bien de qué estamos hablando.
Pero, más allá de cifras de palabras más o menos arbitrarias, el principal indicador para determinar cuál es la extensión ideal de un post debe ser el siguiente:
La pregunta que haga el usuario.
Por encima de cualquier otro.
Y es que un buen post de blog debería ser sencillamente (aunque no tenga nada de sencillo) la respuesta a una pregunta. Cuando escribimos, debemos tener siempre presente qué es lo que el usuario quiere saber cuando realiza esa búsqueda en Google.
Al fin y al cabo, la reacción de los usuarios al artículo es lo realmente fundamental, lo que más debería importarnos. Y si nuestro post responde perfectamente a la búsqueda para la que pretendemos posicionarlo, la reacción será positiva. Y esa será la longitud perfecta.
Pensemos, por ejemplo, ejemplo, una persona que busca mejores copywriters en español.
Seguramente quiere encontrar una lista con unas cuantas personas y una breve información sobre la trayectoria de cada uno, sus webs… no un post descomunal de 4.000 palabras sobre qué es copywriting y cómo ha evolucionado en estos años. Así que el artículo ideal para responder a esa búsqueda será relativamente corto.
Pero si esa misma persona busca algo tan amplio como SEO, podemos ofrecerle un contenido muchísimo más extenso, con un gran número de palabras clave.
En definitiva: forzar un post para que llegue a las 1.500 o las 2.000 palabras solo por pensar que así posicionará mejor en Google es un error. Como también es un fallo crear contenido pobre para responder a búsquedas en las que los usuarios esperen encontrar artículos con mucho jugo.
Si caemos en cualquiera de esos dos errores, los usuarios huirán de nuestro post y Google rápidamente entenderá que no es de utilidad para nadie. ¿El resultado? Horas de trabajo (tiempo y dinero) perdidas.
¿Cómo aumentar la extensión de un artículo si escribir no es lo tuyo?
No obstante, para muchas personas y empresas el problema no es ya escoger entre las 1.000 o 2.000 palabras, sino conseguir pasar de las 100. Muchos blogs corporativos son mantenidos por personas que mientras escriben no tienen en la cabeza la intención de búsqueda de los usuarios, sino un simple “uf, esto no es lo mío”.
En esos casos, y tratándose además de blogs que muchas veces se actualizan semanalmente o incluso a diario, podemos producir contenidos de 500 o 600 palabras con trucos como transcribir vídeos, describir fotografías, analizar productos o añadir opiniones.
También podemos coger contenidos que ya existan, preferiblemente de nuestra competencia, y mejorarlos (¡nunca copiarlos!): profundizar más, añadir más detalles, más imágenes, testimonios… hacerlo mejor, en resumen. Esta siempre es una buena táctica, claro, pero puede ser aún mejor si nos suele costar mucho escribir.
Estructurándolos adecuadamente y enriqueciéndolos con un mayor número de palabras relacionadas, imágenes y otros recursos, podemos componer artículos que funcionen en Google. Es buena idea apuntar a búsquedas long tail, ya que, normalmente, cuanto más específica es la pregunta del usuario, más corto puede ser el post que le dé respuesta.
Como ya hemos comentado, los artículos más extensos presentan ventajas evidentes: se posicionan con mayor facilidad en Google y son compartidos con frecuencia en las redes sociales. Pero obsesionarse con la longitud, alargar por alargar, no es buena idea.
Para escribir un artículo para un blog es imprescindible ponerse en el sitio del usuario y pensar cómo es y qué quiere encontrar cuando teclea esas palabras en Google. Eso es lo que nos chivará la extensión ideal del post, además del tono, cómo organizarlo y mucha más información interesante.
Por supuesto que, independientemente de la longitud del contenido, sigue siendo fundamental cuidar la redacción, la longitud de los párrafos, las faltas de ortografía y la presencia de la palabra clave, además de escribir un título con gancho y tener en cuenta todos los demás factores que son cruciales para que un post tenga éxito.
Me ha parecido un artículo genial, me será de mucha ayuda, muchas gracias.
Un Saludo
Gracias a ti, Ruth, por tu comentario. Me alegro de que sea de ayuda 🙂